A las
calles la tersa niebla sensibiliza,
con
los primeros gritos del sol,
con el
impulso de la luz que crea palabras,
al horizonte
naranja, al cielo agua.
Despunta
el día y el barco zarpa.
El
infante camina lleno de sueños
y por allí
su madre lo guía, lo atenta
del
mal, que no juegue con él,
que lo
espante, su mentira da miedo,
y le
pide al amor menos curiosidad,
pero el infante no podrá.Editado en 2010. Plaza Auyero, Lanús, Prov. de Bs. As.
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