El paro de los dirigentes sindicales

Todo parece terminar en un choque de conceptos que se disgregan en opiniones radiales, debates televisivos, conferencias de prensa para hablarle a la televisión. Todo termina en una imagen, allí, dentro de la imagen queda enfrascada la consciencia del espectador. Debatiendo en su soledad o con su compañero teleespectante sobre una ficción que se hace pasar por real. El paro no fue más que eso, una trasmisión de la jornada con actores principales y otros secundarios, todos, hasta los opinólogos colaborando en el argumento del día. No habrá, no habrá debate sobre la verdad, lo real. El verdadero conflicto queda de soslayo, no lo notamos. Tuvo o no concurrencia, fue efectivo o no? Debate, opinión, prensa basura. Los problemas reales, económicos, los personajes centrales de la realidad, todavía no se los escucha. No hay voz para los que verdaderamente tienen reclamos. Hay un intento de apropiación de éstas por parte de los tele-personajes. En tiempos electorales, los dirigencia que tiene voz en los medios (pero que no tienen al otro) sólo piensan en los efectos de los hechos. (La modorra de algunos no se aguanta, es muy chata: ¿subestiman al teleespectante?).
Los camioneros hicieron paro la semana pasada, pero no tuvo transmisión mediática. Entonces quedó en el olvido. Pero, ¿por qué fue el paro? ¿Reclamos salariales, impuestos a las ganancias? No, el paro fue porque los grandes monopolios a los cuales los camioneros le distribuyen su producción decidieron en el seno de sus directorios acordar precios más amenos con las grandes cadenas de supermercado que con los medianos y pequeños comerciantes. Por ejemplo, un almacén recibe una Coca /Cola a un precio mayor que el que tiene en su stand Carrefour. Entonces, Carrefour compra con descuento Coca o Quilmes a un precio menor. La Serenísima, por ejemplo. decidió dejar de venderle a los clientes que no tengan un cierto nivel de compra por mes. Obligando al pequeño comerciante tener que ir al Día, el cual le vende más barata la leche que la propia serenísima. El almacen de barrio, ese que te fía cuando no llegás a fin de mes, porque no pagás impuesto a las ganancias como los que hoy adhieren al paro, ni tampoco tenés cobertura médica o un aporte jubilatorio, ni tampoco querés que Pablo Micheli se apropie de tu voz, porque lo que vos querés es igualdad, no que la figura pública de Micheli o Moyano recupere prestigio ante los desaciertos cometidos en la arena política. ¿Se podrá reinterpretar una dirigencia gremial, desde las filas de los trabajadores que comprendan los problemas reales? ¿O seguiremos asistiendo al Show de la Pelea Mediática, a la significación de las figuras que encarnan secretos, sospechas o entreveros que deben ser barridos y olvidados?