Un gas fino ventea


Un gas fino ventea
a la veda de una montaña.

Lapso que perdura en alguien, igual
no hay alguien que está perdurando.
Aquí perdurar no hay
hasta
intentar integrar un límite:
lo que pierde oportunidad
de anclarse en el medio
de la bipartición constante
se superpone
con el tac de una aguja,
marca el paso de lo circunstancial.

El claro de una banderola 

Intersticio que se abre
espacio entre aguja y aguja

una catarata
gallinácea
que murmura estornudos.

Está enfrascado
en registrar
su receptáculo
para después pensar
el intersticio que se abre.

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