Étiene de la Boétie

Un historiador consideró el ensayo escrito por La Boétie como una solución al problema de la autoridad. Sus palabras se orientaron a cuestionar el poder de la autoridad sobre el pueblo, cómo el tirano subyugaba la libertad del hombre y cómo éste aceptaba la esclavitud con total naturalidad. Sus estudios en derecho le dieron confianza para escribir esto cuando apenas contaba con 18 años. Su situación económica le permitía pensar en las necesidades que tenía el resto, tuvo ojos para sentir lo que los pobres sufrían ante la opresión del Rey.
Étienne de la Boétie nació en Francia, en una de esas pocas familias que corrían un buen pasar.  Proveniente de una familia que tenía contactos cercanos con la monarquía, con los reyes y con esas familias que daban trabajo al pueblo con el fin de que su riqueza se siga ampliando.
El hambre, las condiciones de trabajo deplorable, el yugo al que sometía el rey a los hombres de esa Francia, sensibilizaron la palabra de este muchacho que, con tan sólo 18 años, se animó a tomar la pluma y redactar uno de los ensayos más antiguos en el que se habla de la libertad que le pertenece al hombre. Faltaban más de 200 años para que llegue la revolución francesa o el contrato social, cuando La Boétie comenzó a iluminar el camino para que los hombres salgan del yugo del Rey.
Su Discurso de la servidumbre voluntaria o el Contra uno, se ocupó de deslindar todos las herramientas que utilizaba un tirano para que el hombre se olvide de su derecho a la libertad. Allí explica que el Rey cuenta con esa creencia casi religiosa, de que es él la representación de Dios logra someter al hombre a las leyes y a la forma de organización que Él empleara.
En su ensayo intercala distintos procesos históricos de la Europa antigua para demostrar los distintos mecanismos de sometimiento, todo las distracciones dispuestas a borrar del hombre la palabra libertad y, así, lograr un esclavo que no reaccione contra el orden establecido.
El rey controló a los esclavos con un sueldo, que luego iba a ser utilizado para pagar impuestos al fisco. Pero eso no alcanzaba para mucho. Otros, algo más afortunados, se aferraban a esa posición y buscaban sostenerla, halagando al rey. Todos eran pagos por el rey, desde educadores hasta sirvientes y agricultores.
En las instituciones educativas se enseñaban la forma monárquica de organización. La Boétie creía que para liberarse del yugo era suficiente quitarle el apoyo al rey y así evitar la esclavitud política. Sacarlo de su coloso tan sólo dejando de creer en él.
Su amigo, Michel de Montaigne, se lo considera el creador del género literario denominado ensayo. De allí sacó la técnica para escribir su Discurso. Compartían el gusto por los escritores clásicos y por las ideas anarquistas.
Después de que La Boétie murió, Montaigne se ocupó de publicar el texto en 1576, por lo que se pudo conocer todo su pensamiento de la libertad, un sentimiento de independencia que depende de uno y de todos. Un anarquista que creía en una forma de organización sin sometimiento, que se adelantó a las teorías de estado, de organización política como al contrato social de Jean Jacques Rousseau.
No sólo eso, también fue uno de los precursores de las ideas anarquistas. La comprensión que alcanzó este joven se plasmó en su texto sobre la tiranía y la esclavitud.