La palabra del Fingidor,
en el aire báquico
de vicio suculento,
aroma de éter
rancio,
buscando, igual,
siempre buscando
el sujeto inmolado
en la recepción del
mundo.
mientras un cardenal
consuela al mundo
por el principio
corroído,
líquida la ficción
estanca
el día, frenado
en el viento
podrido
que vician las
fábricas,
polvo
que junta en su
mameluco
azul flúor esencia
que se erecta
por la multiplicidad
del tránsito
y rumea y murmura
y se pierde en la
cintura
de Luciana que hoy luce
un nuevo top
y a la mirada distrae
de la Gran Ilusión
carbo
hidratica,
harina enriquecida
dispuesta
a cautivar
la espera en el
cuerpo
de la experiencia
soñada en el aleteo
profundo del pájaro
que ve, Conurbalia
verdadera
mente
ve
hasta que acaba y cae
en la inquietud del
ojo
sin ver del otro
lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejar una nota