este es un momento
para salir
del permanecer a
través
del timbre del kiosk
que suena pegado y el
cenicero
pistón lleno de
colillas muertas
igual a un momento en la
punta
de la mesa, está
sentado, se frota los
ojos
descansa, apaga el
velador
para estar en la
oscuridad deshecha, trata
de anular su presencia
y sopla
una pompa resistente
una y otra vez.
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