El
secretario
corrió
con una campera
térmica
violeta
y la
camuflada atrás
se
agarraba la pistola
para
correr,
solo
quedó
la
guardia urbana
a bancar
el griterío
y
calmarla.
No me va
a sacar,
otra vez,
no, no me
la va sacar
otra vez.
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