En una ciudad de
Afganistán,
sobre un cielo
azul y un suelo de sol
y de escombros,
sobrevuelan drones
con forma de
paloma.
De punta a punta
del horizonte
el cielo azul lo atraviesan.
En Afganistán ya
no hay pájaros
solo viento de
fuego.
Las ametralladoras
ocultas
de la resistencia
bajan
todo lo que vuela.
Acá solo se
escucha,
de fondo,
“me lo ha dicho el
tiempo
eres para mí”, y ladra
un perro,
vuelan aviones,
y se escucha la voz
de la radio
y los helicópteros
y el cielo azul que
nos atraviesa.
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