Todo empezó como una oda al sol, solo por sentir abrazar su calor:
No se puede escuchar jazz free
Mientras escuchás chillar unas cigarras
Y escuchas a un par de tipos afilar una columna
No podés escuchar jazz free
Y escuchar estas palabras desconectadas,
la comunicación distorsión
la deformación del lenguaje
que extirparon esos átomos al explotarse
No podes escuchar tu pensar
La sensación se revuelve como en el estomago
Un dolor que se genera en la cabeza,
que se avalancha sobre el pecho,
Un dolor dulce.
No se puede escuchar free jazz
E interpretar Milton Friedman
Y su curva de Philips.
No podes escuchar jazz free
Y sentir la lluvia caer
Golpeando contra ese platillo de batería.
El viento mueve las cuerdas de ese contrabajo.
El tararear de un pié, que se siente sostenido,
Es el bombo de la batería
Y me pregunto, mientras mi cuerpo sigue los dédalos del piano
Quién va a entender mi existencia
Quién va a entender el origen de la música
Si el retumbar de estás chicharras como trompetas
Si el gritar de esos eunucos como gritos africanos
Si los silbidos sucios para aquellas Diosas que parecen no querer escuchar
Si el bullicio de esa cadena de bicicleta
Si al crecer ver, el golpe seco de un bombo como un apagón
las imágenes desvanecidas, fotografiadas en el recuerdo
cuando se guardan, y por el seguir del ritmo,
ese golpe seco se hace eco, no termina,
y retumba con el vibrar de la mente.
Escuchar un rayo romperse de
Una bicicleta que la dejaron sin rayos.
Sí será el desmoronante pensamiento,
Una avalancha que rompe en mi pecho.
En el cielo empiezan a tronar trompetas
Para dar comienzo al golpe de la lluvia caer sobre los platillos
Todo lo que pensaba era como lo imaginaba.
Febrero 2010
qué genial, flaco.
ResponderEliminarandemos un domingo en cicleta, en la bi, la de dos, los ciclos.
te mando un abrazo,
agu.