escalofrío

mis labios se estremecen


mi garganta

siente por los oídos

un silbar distinto

fugaz


ruidos

tenues disparos

muy bajos

sigilosas cuerdas


tambores que reclaman


bajo rápidas tormentas

de las peores balas que

de manantiales

de desierto

se alimentan


mi respiración crece

al escuchar la maroma

tirar de mis glándulas


reverbera mi mirada

cuerpo palpitante

oído sin sonido

desfilando

sólo aparentando vivir

por un tiempo


Los morcalos de alguien

mojados en placer

ablandan el olor

de la malaria punzante


hacia el ritual

de viejos nuevos hogares

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejar una nota